Carta publicada en el diario Ideal el 5 de Agosto de 2014
Mi nombre es Ángel Fernandez, tengo 50 años y nací con un IDEAL debajo del brazo, que se encargó de ponerme mi abuelo, apodado “Linares” y que empezó vendiendo IDEAL en los años 50. Yo soy quiosquero desde hace 35 años, nieto, hijo, hermano y ahora padre de quiosquero.
Tengo el placer de escribir en su entrañable periódico porque a buen seguro llegaré a buena parte de los granadinos y también, espero, a doña Telesfora.
Los quioscos siempre hemos sido, además de negocio, un servicio al ciudadano y, por extensión, al ayuntamiento de Granada. Somos informadores al ciudadano, guías turísticos, repartidores gratuitos al servicio del ayuntamiento, depósito de objetos perdidos, orientadores de sitios públicos, informadores de horarios, pasos y destinos de los autobuses, trenes, etc… Y presumo de constatar que todos los quiosqueros lo hemos hecho con el máximo agrado posible y orgullosos de ello.
Y a este tema va destinada mi carta: Durante muchísimos años hemos sido los encargados de distribuir y recargar el bonobús de nuestra ciudad, lo hemos hecho casi gratis (pues los márgenes con los que se trabaja son míseros), y como directivo que he sido de la Asociación de Vendedores, confirmo que a esta asociación le ha costado el dinero la concesión de los bonobús. Pero las ventas de bonobús hace que al quiosco se acerquen clientes.
Ahora instalan unas máquinas (que habrán costado un dineral), que nadie sabe utilizar, que algunas ya se han estropeado y con un señor al lado (que se llevará otro buen sueldo) para explicar el funcionamiento. ¿No hubiera sido más fácil distribuir el bonobús y los billetes a través de los quioscos y puestos de prensa?
Tenemos un horario amplísimo, informamos siempre que nos requieren, aconsejamos como siempre lo hemos hecho sobre el autobús a coger, el precio, lo que se ahorra el cliente y lo que necesite. Disponemos la logística necesaria para llevar a cabo esa labor. Además, se habría ayudado un poco a este colectivo, que siempre hemos estado al servicio de Ayuntamiento y de los granadinos. Que aunque como negocio no sea superrentable, ayuda a que los granadinos se acerquen a los puntos de venta.
Decirle a la señora Telesfora, que no se olvide que la atención personal, nunca podrá ser superada por una máquina, ni el cariño que ponemos en nuestros servicios lo puede igualar una máquina, y esto nunca es compensado con el ahorro de dinero que pueda suponer instalar una máquina.
Solo despedirme recordándole al Ayuntamiento de Granada que en los quioscos siempre tendrá unos aliados para ayudar y servir a los granadinos y a esta institución cuando lo necesite.
Ángel Ramón Fernández Sánchez