Las alarmas han saltado entre los fabricantes de máquinas de tabaco, empresas tabaqueras, representantes de quioscos de prensa, estaciones de servicios y promotores de puntos de venta con recargo. Se sienten perseguidos y, lo que es peor, coartados en un modelo de negocio que ha experimentado importantes retrocesos en los últimos años y que ahora sufre unas limitaciones que en algunos casos deja de hacerlos rentables.
Desde que el pasado mes de noviembre el Ministerio de Hacienda, a través del Comisionado del Mercado de Tabacos, iniciara una campaña de investigación de presuntas irregularidades en el sector, los afectados han comenzado a movilizarse para denunciar la situación en la que se quedan con las sanciones impuestas y las condiciones de venta y de relación con las tabaqueras.
El Comisionado comenzó a realizar inspecciones para aclarar si determinadas empresas pagaban a los dueños de las máquinas expendedoras para tener una mayor presencia en la mismas, una práctica que según la legislación vigente está prohibida al primar los principios de neutralidad e igualdad.
Las indagaciones coincidían además con una circular lanzada por el organismo y publicada en el BOE en la que se delimitaba el alcance y contenido de determinadas actividades promocionales de marcas de tabaco por parte de operadores mayoristas y expendedores. Se trataba de una nueva interpretación de la legislación vigente que recordaba los límites legales que existen en estas prácticas publicitarias y de exposición que también afecta a las propias máquinas.
Estos escrúpulos por hacer cumplir la legalidad y por estudiar con todo detalle la relación entre las tabaqueras y los puntos de venta con recargo ha ahogado más si cabe a los empresarios del sector, bastante perjudicados por la trayectoria del propio mercado del tabaco.
onvocados por la Asociación Española de Puntos de Venta con Recargo en su asamblea general ordinaria, el pasado 26 de enero se reunieron en Madrid para acordar acciones conjuntas y abordar la problemática a la que se enfrentan, una situación que avisan podría acabar con más de 50.000 expendedores y la desaparición de otras tantas máquinas.
Para empezar el colectivo ya ha enviado una solicitud al Ministerio de Hacienda para que explique de primera mano la situación y las medidas que hay que tomar ante la falta de claridad de la normativa existente en relación a las máquinas de tabaco, un vehículo clave para el sector ya que en ellas se concentran el 40% de las ventas.
Mientras se aclara la situación, las empresas tabaqueras han paralizado por completo los pagos que se realizaban por “información de venta” y no por priorizar unas marcas sobre otras, unos ingresos que ayudaban a sufragar y mantener el costes de estas máquinas.
La Asociación Española de Puntos de Venta con Recargo es la asociación mayoritaria que agrupa a más de 40.000 licencias de venta con recargo, que están presentes en bares, restaurantes, quioscos de prensa y gasolinera, y en ella están representadas autónomos y Pymes.
La preocupación es evidente y la situación de estas máquinas algo especial si la comparamos con lo que sucede en el resto de Europa, donde incluso se permite que tengan pantallas informativas y de promoción de las marcas.
Fuente: www.hostelvending.com